Etapa 9. Rabanal del Camino – Villafranca del Bierzo(55,2 km)

De nuevo seis de la mañana, desayuno a las 6,30, nos abrigamos, engrasamos un poco las cadenas y revisamos presiones, y a dar pedales. Decimos adiós a la Maragatería y nos disponemos a adentrarnos en el Bierzo.
Estábamos avisados de que la pista forestal presentaba varios puntos donde había que apearse de la bici y resultaba poco transitable, así que optamos por hacer la ascensión por carretera, que a juzgar por lo que vimos después (el camino transcurre en paralelo a un lado y otro de la carretera), elegimos la opción acertada.
Foncebadón pueblo
Son 5,5 km hasta Foncebadón, y otros 2 hasta la Cruz de Ferro, que resultan por carretera bastante llevaderos, aunque con constante subida que no baja del 6-7%.
La Cruz de Ferro es el techo de todo el Camino Francés (1.495 metros, aunque poco más adelante llegamos a 1.508 metros en el alto de Cerezales), clavada sobre un montículo de piedras a 1500 metros de altitud. Es aquí,  sin duda, donde nos encontramos más estampas entrañables y emocionantes de todo el recorrido hasta ahora vivido. Peregrinos de todas las nacionalidades, edades, sexo, y condiciones sociales,  unidos sin pretenderlo por una oración, una acción de gracias, el recuerdo de un ser querido, una promesa… 

Cruz de Ferro - Ofrendas
Cruz de Ferro


Cumplimos con la tradición de depositar las piedras traídas de casa al pie de la cruz, y cada uno de nosotros encontramos nuestro momento de recogimiento para que, de forma íntima y personal, encuentre la forma de canalizar esta energía que nos ha traído hasta aquí y nos llevará hasta Santiago. 




A mi particularmente, y ya es la tercera vez que lo vivo y lo siento, me resulta inevitable salir de allí con un nudo en la garganta.
A partir de aquí el camino es una maravilla, rodeado en todo momento de “Serbales de Cazadores” (Sorbus aucuparia), árbol caducifolio distinguible fácilmente por sus gruesos racimos de bayas rojas.

Manjarín
Después de 2,4 km de descenso llegamos a Manjarín, donde Tomás Martínez, quien se autodenomina como el último Maestre Templario, reconstruyó sobre las ruinas del antiguo pueblo lo que hoy es su particular hospital de peregrinos. Debo confesar mi decepción al adentrarme en su refugio, primero porque él no estaba, y sobre todo por las malas vibraciones que percibí de los que debían ser sus sustitutos.
Otros 3,5 km de ligera subida hasta el Alto de Cerezales, donde se encuentra la Base Militar de Transmisiones, abandonada por el ejército en 1.990. Y nada más pasar la base comienza el descenso vertiginoso hasta Molinaseca.
Bajando Foncebadón
Nos habían avisado también de que el descenso por pista es un pedregal de placas sueltas en el terreno, lo que desaconseja hacerlo en bici, y por tanto seguimos por carretera. Eso sí, si el día acompaña, se puede disfrutar de un espectáculo paisajístico como el que se ve en la fotografía, que fue tomada en 2014. Literalmente por encima de las nubes.
Bajada a Molinaseca
A 3,8 km atravesamos el pueblo de El Acebo, con sumo cuidado por la verticalidad de sus calles y el resbaladizo suelo de lajas sujetas con cemento, firme que cuando está mojado (casi todo el tiempo bien sea por niebla o por lluvia, o sencillamente la humedad de la altitud), se convierte en una pista de patinaje. Está documentado que en la edad media los vecinos de esta localidad estuvieron libres de impuestos a cambio de colocar ochocientas estacas para indicar el camino a los viajeros.
El Acebo
Los más de 12 km que tiene la bajada hasta Molinaseca se hacen en pocos minutos. La pendiente es muy fuerte y la carretera ancha y con un firme perfecto. El único susto nos los dio un gato antes de El Acebo, que a punto estuvo de causar un desastre entre nosotros.
Y una vez en Molinaseca, paradita a almorzar y paseo por el pueblo, que la verdad es precioso, y merece varias fotos.
Puente romano-Molinaseca
Una vez en marcha nos separan solo 8 km hasta Ponferrada, localidad que alcanzamos dando un rodeo por la izquierda por el camino original, pero que sin duda las vistas que tenemos a nuestros pies lo justifican. 


Puente romano - Molinaseca
Accedemos a Ponferrada por unas fuertes pendientes hasta cruzar la carretera justo a los pies del castillo, monumento ejemplar del Temple, siendo una obra militar muy compleja y de las mejor conservadas que se le conocen a la Orden.
Castillo de Ponferrada

A la salida de Ponferrada, y metidos ya de lleno en tierras del Bierzo, el paisaje vuelve a cambiar, y nos ofrece el espectáculo de las vides retorcidas de uva Mencía. Y poblaciones colmadas de servicios en torno al Camino de Santiago, que reciben a diario el repique de los bordones y el vaivén de las mochilas, vieiras y calabazas.

Hasta Cacabelos el terreno, aunque quebrado, ha sido soportable, pero a partir de aquí quedan los 7 km más duros hasta Villafranca del Bierzo, con subidas interminables.


Nuestra Credencial
La entrada en Villafranca del Bierzo es majestuosa, pasando delante de su imponente castillo. En este punto, una curiosidad. Justo enfrente del castillo hay una subida (corta pero enormemente dura), que pasa por el cementerio y llega a la iglesia de Santiago, con su preciosa Puerta del Perdón. Tiene la particularidad de ser el único punto donde, además de Santiago de Compostela, el peregrino que no pueda continuar el viaje por enfermedad o lesiones, puede recibir el perdón en este templo.

Una opción recomendable a la hora de cenar es la Hospedería Convento San Nicolás el Real, en el centro de Villafranca. Toda una experiencia, ya que el comedor está situado en el claustro, donde el recogimiento y el silencio solo interrumpido por las campanas del templo, resultan un bálsamo para los sentidos. Además la comida es estupenda. Cenaréis, literalmente, como los curas !!!.

San Nicolás el Real-Villafranca del Bierzo

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