Etapa 5. Burgos – Frómista (65,2 km)
A las seis y
media de la mañana, sorpresa. Pinchazo en la Scott de José Ignacio.
Lo que pudo
haber sido una excusa para seguir un rato más en este magnífico hotel, se
subsanó de manera rápida con una cámara de repuesto (J.I. no lleva tubeless, y
pudo ser casualidad, pero fue a la larga el único pinchazo del camino).
Dado que en
el hotel no teníamos concertado desayuno, buscamos un bar en la salida, pero no
fue posible hasta llegar a la zona de la Universidad. Y en 20 minutos, tras reponer fuerzas,
monturas en marcha camino de Frómista.
Como viajando
en una máquina del tiempo, el peregrino del siglo XXI se interna en la sobria
Castilla, en compañía de su sombra y de su esfuerzo. Y con el único paisaje que
nos ofrece la interminable pista de parcelaria que asciende por la meseta
cerealista.
Tardajos,
Hornillos del Camino, Hontanas, son poblaciones que evocan buena parte de la
magia con la que envuelve el Camino al peregrino. Son pueblos casi medievales
que otorgan al Camino esa leyenda que ha fraguado desde sus orígenes.
Gallo de Hornillos del Camino |
Fuente de Hontanas |
Más adelante,
en Hontanas, encontramos una fuente manantial que ofrece un agua helada,
ocasión que aprovechamos para llenar nuestros bidones que ya llevaban caldo en
su interior. Al lado de la
fuente encontramos la fachada de una vivienda con una pancarta puesta por los vecinos del pueblo que dice “Esta casa no se vende. Es del pueblo para fines sociales. No es de la Iglesia”. Se trata de un caso de reivindicación que hace unas semanas se ha visto reflejado en los informativos nacionales, y cuya solución final no conocemos.
fuente encontramos la fachada de una vivienda con una pancarta puesta por los vecinos del pueblo que dice “Esta casa no se vende. Es del pueblo para fines sociales. No es de la Iglesia”. Se trata de un caso de reivindicación que hace unas semanas se ha visto reflejado en los informativos nacionales, y cuya solución final no conocemos.
Convento de San Antón |
Después de
traspasar el arco de triunfo que semeja el esqueleto del convento, abordamos la
recta de más de dos kilómetros que nos planta en Castrojeriz, última villa
burgalesa en el Camino de Santiago. Castrojeriz se esparce en forma de media
luna a las faldas de un cerro que domina un primitivo castillo. Lo primero que
nos sale
al paso es la ex colegiata gótica de la Virgen del Manzano. Más
adelante se gira para tomar la calle Real de Oriente y descubrir un casco de
casas blasonadas y arquitectura tradicional. Pronto pasamos, a mano derecha, la
iglesia de Santo Domingo, gótica y con una elegante portada plateresca del XVI.
Como curiosidad, en el lateral que asoma a la calle hay un par de calaveras
esculpidas. El desnivel culmina en la plaza Mayor, dotada de soportales donde
tomar un respiro.
Nuestra Sra. del Manzano - Castrojeriz |
El paso por
Castrojeriz se hace largo, posiblemente el paso de más longitud de todos los
pueblos que atraviesa el camino. Antes de salir visitamos el Bazar del
Peregrino, donde sellamos la credencial con firma manuscrita del responsable
(una persona muy mayor que se toma su trabajo muy en serio), establecimiento
que merece la pena conocer. Allí tiene de todo lo imaginable y lo inimaginable,
y parece sacado de una película de Berlanga.
Salimos de
Castrojeriz para afrontar la subida al Teso de Mostelares, hito geográfico y
recuerdo imborrable de la peregrinación a Compostela. El acusado repecho
comienza metros después de franquear el río Odrilla por un puente de madera. En
un kilómetro y trescientos metros superamos un desnivel de 140 metros, desde
los 777 subimos hasta los 917 metros, lo que conlleva un 11% de pendiente media,
con interminables tramos del 18%. En el alto nos recibe un geométrico
humilladero. Y desde esta colina se abre al peregrino la brutal Tierra de
Campos, comarca orgullosa de su cereal, de sus palomares y de su valioso arte.
Ya en Puente Fitero, Burgos se funde a orillas del Pisuerga para recibir a
Palencia.
Teso de Mostelares-Castrojeriz al fondo |
Nos
adentramos en Tierra de Campos, denominado “granero de España”. Como relató Aymeric
Picaud , “tierra llena de tesoros, de oro, plata, rica en paños y vigorosos
caballos, abundante en pan, vino, carne, pescado, leche y miel, pero carente de
arbolado”.
Antes de
llegar a Itero de la Vega pasamos por la antigua parroquia de San Nicolás (hoy
albergue de peregrinos de temporada gestionado por voluntarios de la Confraternidad
italiana de San Giacomo) y acto seguido llegamos al puente Fitero o de la Mula,
sobre el río Pisuerga. Aquí se acaba Burgos y empieza Palencia. La obra
original se construyó durante el reinado de Alfonso VI el Bravo (1072 - 1109),
pero de esta fábrica ya no queda nada y lo que vemos hoy son añadidos y
reconstrucciones del puente levantado en
el siglo XVI. En cualquier caso su contemplación es espectacular y merece un
descanso a sus pies, antes de atravesarlo para llegar a Itero.
A la entrada
del pueblo nos encontramos con el Hostal Fitero, donde nos damos el mayor
homenaje mañanero del camino. Huevos con jamón, ensaladas, café y orujo. Eso
sí, nos trataron de lujo.
Puente Fitero |
Almuerzo "ligero" |
Nada más
dejar atrás Boadilla del Camino cogemos el camino junto al Canal de Castilla,
magnífica obra de ingeniería, concebida por el Marqués de la Ensenada (1702 -
1781), estadista y político ilustrado y Ministro más influyente de Fernando VI.
La finalidad de la red fluvial de canales, construida entre 1753 y 1849, era la
de transportar el cereal castellano hasta el Cantábrico
por medio de barcazas
tiradas por bestias de tiro. Funcionó hasta que la implantación y la
regularidad del ferrocarril lo dejó en
desuso en 1959. Desde entonces conduce el riego y abastece a las poblaciones
ribereñas.
Canal de Castilla |
Nuestro
camino sigue en paralelo al Canal durante más de tres kilómetros y llega hasta
un conjunto de esclusas que en este punto permitían a las barcas salvar un
desnivel de más de catorce metros. Cruzamos al otro lado del Canal y entramos
en el casco urbano de Frómista. En el centro se encuentra un punto de
información turística y la valiosa iglesia románica de San Martín(románico
S.XI) que merece una detenida visita y, cómo no, unas fotos. No debe
pasarse por alto el cimborrio,
que a diferencia de las demás iglesias románicas,
en esta ocasión es octogonal, y las torres cilíndricas, elemento muy extraño en
el románico. Tal es la perfección de su escala y sus formas que parece una
gigantesca maqueta. Se construyó en el siglo XI gracias al patrocinio de Doña
Mayor de Castilla y está formada por tres naves, 46 capiteles, una cúpula
octogonal y dos torres cilíndricas que miran hacia occidente.
Canal de Castilla - Esclusas |
Iglesia de San Martín de Frómista |
Después de
una merecida siesta, esta vez a la cama
sin comer, faltaría más, un paseo por el pueblo hasta la iglesia de San Pedro, la
actual parroquia de Frómista. Es de estilo gótico, aunque su portada es
renacentista, diseñada por Juan de Escalante y que nos recuerda claramente la
estructura que tenían los antiguos arcos de triunfo romanos, con su arco de
medio punto y las columnas pareadas sobre un alto plinto que flanquean la
entrada al templo. Esta portada está protegida por un amplio pórtico de estilo
neoclásico.
Una buena
ocasión para quedarnos a escuchar misa y cumplir con una de nuestras
motivaciones del Camino (unos más que otros).
No hay comentarios:
Publicar un comentario